Con el título “Cuando los niños entran en la Utopía” se presentaba en los años 70 esta propuesta sueca de interiorismo que resume bastante bien algunos de los cliches pop más frecuentes en cuanto a un mundo futuro se refiere: un espacio diáfano blanco en el que se generan lugares de privacidad mediante estructuras móviles (en este caso una especie de media cúpula geodésica), mucho plástico (más de uno mataría por tener esa bañera de metacrilato no?) y tecnología aplicada con estética futurista (desde una mega pantalla y proyector a monitores integrados, teclados, sistemas de audio…).
Bibliografía:
Domus Nº522 [1973]
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