Hace muy poco conocí una casa espectacular "La
Casa Bola", contada "in
situ" por su autor, el gran Eduardo Longo. Ya en los primeros 70, Longo, que
había construido varias casas de ricos brasileños en Guaruja y lugares
similares de vacaciones, decidió construirse su propia casa en Sao Paulo, en un
solar entre las ruas Peruíbe y Amauri. Una casa fascinante que divide el solar
rectangular en casa y estudio mediante una doble diagonal en planta y sección,
una casa maravillosa en la que Longo se corría juergas a diario y aparcaba su
flamante Porsche 914 al mismo tiempo que trabajaba en su estudio de
arquitectura de éxito. Sin embrago en 1972 se le cruzarán los cables, e
influido por la contracultura y algunos excesos con ciertas drogas
alucinógenas, dejó las fiestas, pinto su casa como si de una cueva cavernaria
se tratase, destrozó todo el interior a mazazo limpio y se recluyó en un
altillo de pocos metros cuadrados, generando un pasillo público en lo que antes
ocupaba la parte baja de su casa y estudio... Así fue como nació en su cabeza
la "Casa Bola", una utopía industrializada que según Longo se
convertiría en la casa deluxe para la creciente clase media brasileña...
durante años, el propio Longo, ayudado por Charles Holmquist, un loco
constructor de barcos en cemento, se autoconstruyeron un prototipo de la misma
en ferrocemento en la cubierta de lo que anteriormente era su antigua casa, en
ese momento convertida en Restaurante... y corredor público en un interesante
espacio híbrido... La Casa Bola
no sólo sigue en pié sino que ha sido implementada durante más de 30 años por
Longo, con todo tipo de cacharros increíbles, como un tobogán amarillo que baja
desde el salón superior hasta la entrada... El propio Longo sigue viviendo
todavía en ese maravillosa casa... fruto de la catarsis de un tipo peculiar que
pasó del cielo a los infiernos a través de la transformación de su propia
casa...
Puedes leer sobre esta historia en el libro "Sobre
Bolas e Outros Projetos. Eduardo Longo arquiteto", escrito por Fernando
Serapiao y publicado en Noviembre de 2013...
Larga vida a La Casa Bola!!!
Fue un gran lujo poder charlar con Eduardo y visitar esta maravillosa casa!!!