Sin embargo, será el japonés Shiro Kuramata quién en 1969 diseña para su
“Boutique Edwards” un pequeño espacio
cuadrado rodeado de espejos con cuatro estanterías construidas a partir de
neones y un pequeño ascensor de vidrio en el centro por el que el asciende el
visitante para encontrarse frente a un bosque de neones por la repetición de
los espejos de los neones, generando un efecto espacial ilimitado en un espacio
de exposición verdaderamente angosto. Un efecto parecido es experimentado por
Ugo La Pietra en su “Caledoscopio”,
el cambiador de la boutique “Altre Cose”
diseñada en 1968, en el que utiliza tres superficies de espejo y una
supergráfica con motivos luminiscentes que simulan los escenarios oníricos de
Yayoi Kusama.
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