Sin embargo, más allá de propuestas esporádicas como el “Microclima en zonas gélidas” diseñado
en 1971 por James Lambeth para aprovechar la radiación solar en zonas árticas o
el “O2 Reservat” de Haus Rucker Co, la
arquitectura generadora de climas personalizados que propone el traje espacial
se desvaneció como alternativa de futuro, a pesar de las lamentaciones tecnológicas
de Warren Chalk en 1972:
"En un principio asociado a la iconografía del programa espacial y
sus equivalentes bajo el agua, el urgente llamamiento de los años sesenta se ha
enfriado para mí. El hombre ha subido y bajado de la Luna, incluso jugó al golf
en su superficie, y no estamos mucho mejor por ello ...
Sólo con una humanidad más sofisticada, una tecnología más sofisticada,
trabajando juntos en armonía, ayudaremos a los hijos de los hijos de nuestros
hijos"[1]
(Chalk, 1972, p.32)
[1] “Initially associated with the iconography of the space programme
and its underwater equivalents, the urgent appeal in the sixties has now cooled
for me. Man has leapt up an down on
the moon, played a golf-stroke even, and we are not much better for it…
… Only more sophisticated humanity, only
more sophisticated technology, working together in harmony, will help our
children’s children’s children”
Chalk, Warren: “An unaccustomed dream”
en: Archigram, Birkhäuser, Basel, Boston, 1972, p.32.
No hay comentarios:
Publicar un comentario