Sin embargo otro ejemplo, en este caso el proyecto para la “Western Plaza” (1977) en Washington de
Robert Venturi y Denisse Scott-Brown, transgrede la escala de la misma y
reproduce a menor escala gran parte del
distrito de Columbia de la misma ciudad diseñada por el francés Pierre L’Enfant
(incluso pretende reproducir algunos de sus referentes arquitectónicos como el
capitolio a modo de monumento). De esta manera la supergráfica vuelve a ser un
recurso formal inocuo y banal, ya que las líneas del trazado no potencian
ninguna dirección ni siquiera juegos espaciales sino que se presentan como
simple monumento de una parte de la ciudad en un espacio público cercano. El
espacio público se convierte en monumento de nuevo a partir de la nostalgia del
pasado.
Ostras! cuanto tiempo sin verlo, me gusta!
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